Por los viejos tiempos (Adrienne)

Respondí la llamada entrante que tenía, me era bastante incómodo caminar por aquellas calles con un bolso sujeto en un brazo, un libro en el otro y tratar de contestar el teléfono. Era mi hermana. Qué bien me venía eso... No podía ser una reprimenda, no recordaba haber hecho nada malo aquella vez, era irónico cómo mi hermana menor solía darme reprimendas, tal vez porque  había asumido el papel de madre en la familia más que yo, definitivamente era eso. *Adri,hola, ya va a ser fin de mes...* ¿fin de mes? ¿FIN DE MES? Imposible. Otra vez lo había olvidado, había prometido ir a visitarlos a fin de mes probablemente más de dos meses atrás -¿Estás segura?- pregunté con un tono amable. Iba de camino a Cheese Factory a comprar algo de cenar, no tenía el más mínimo interés en cocinar aquel día en particular *Sí. Bastante segura... deberías dejar de trabajar tanto. Papá te extraña.* Ese había sido un golpe bajo, con mi esfuerzo por mantenerme con un trabajo estable y sobretodo rentable en los últimos años había dejado bastante de lado a mi familia. Presioné mi brazo con fuerza contra mi cuerpo para sujetar mejor el libro, di un suspiro y respondí. -Lo sé...yo, lo siento de verdad. Haré lo posible por ir este fin de semana, lo prometo.- Trataba de evadir el tema al máximo. Logré entrar al restaurante, pedí la orden mientras escuchaba a medias el sermón de la mujer al teléfono. -Debo colgar... Adiós.- fue un diálogo rápido. Pensé en sacar algunos papeles para ir viendo en que podía servir mi tiempo libre... el poco que tenía lo gastaba de aquella manera usualmente. Trataba de dejar las imágenes poco conmovedoras apartadas pero en el intento cayeron por todo el suelo. -Disculpa, ¿me podrías pasar aquellas hojas?- pregunté al joven que estaba sentado cerca, eran aquellas con imágenes bastante desagradables, esperaba que no las viera.

Me mordí el labio inferior, arrepintiéndome de mi torpeza. -Ehmmm...- traté de reírme nerviosa, aunque por dentro estuviera muerta de miedo por saber que alguien había visto aquellas fotos, debía tener un buen estómago para soportar aquello. -Bueno sí. Quiero decir... Yo las he tomado. No es un gusto personal. Es... parte de mi trabajo.- empecé a hablar de manera entrecortada tratando de explicar porque llevaba fotos de un muerto -Ah y no soy yo quien... bueno quien les hace eso. Solo les tomo las fotos.- Terminé de decir aquello antes de que se puedan malinterpretar más las cosas. Le dediqué una pequeña y tímida sonrisa.
Tomé las fotos y las guardé en un fólder negro y lo cerré, logrando que no se divisara absolutamente nada de toda aquella masacre sangrienta que se podía divisar con las fotografías. -Lamento haber arruinado tu cena.- dije algo apenada, -Estas cosas normalmente no pasan, y no deberían pasar. Lo siento.- Comencé a hablar -Sé que no es de lo más normal, y tal vez suene algo loco pero si hay algo que pueda hacer para compensar aquella estupidez de mi parte estaría encantada de saberlo.- Mientras hablaba hasta por los codos llegó la chica a quien le había hecho el pedido, pareció buscarme por unos segundos y luego al verme hablando con el joven sentado se le ocurrió dejar mi bandeja en el asiento frente a él. La miré por unos segundos pero luego ella solo sonrió y se fue ¿Qué suponía aquello? Tal vez lo mejor sería solo quedarme ahí con una sonrisa tonta en el rostro, parada sin saber qué hacer y esperando alguna respuesta agradable, a fin de cuentas parecía ser alguien agradable.